lunes, 25 de noviembre de 2019

Sitios para perderse: Cong (II)

Por la mañana, continuamos nuestra visitar por el pueblo de Cong. Lo primero fue visitar las ruinas de la abadía del siglo XII, que se fundó sobre los restos de un monasterio del siglo VII. Sus restos están bastante bien conservados y podemos observar trazos del paso del estilo románico al gótico. Paseando por lo caminos que comunican los claustros, fijándonos en sus ventanas y en sus puertas, contemplando sus columnas... podemos transportarnos al pasado e imaginar cómo vivieron los más de 3000 monjes que habitaron hace alrededor 900 años este lugar en su momento de máximo esplendor. La visita es gratuita. 



Saliendo del claustro de la abadía nos encontramos con un parque de árboles y un camino que lleva hasta el río. En su orilla encontramos la casa de pesca de los monjes del siglo XVI. La construyeron sobre pilares para permitir que el río pasase por debajo de ellas y todavía se puede ver en su suelo una trampilla que usaban para pescar cómodamente. Probablemente, también la usaban para meditar.




Cruzando el puente, se encuentra un bosque frondoso (Cong Wood) por el cual dimos una vuelta siguiendo un sendero. Hay varias rutas de distintas distancias (nosotros escogimos la más corta porque teníamos el tiempo justo), alguna de las cuales te permite acercarte al castillo de Asfhord que nosotros no llegamos a visitar. El castillo de Asfhord es uno de los hoteles más lujosos de Irlanda y fue construido en el siglo XIX por la famosa familia Guinness. El interior y los jardines solo se pueden visitar si te encuentras alojado en el hotel.


Por último, dimos una última vuelta por este pueblo de película antes de dirigirnos a los acantilados de Moher.





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L.

domingo, 24 de noviembre de 2019

Sitios para perderse: Cong (I)

Cong es el principal escenario de la mítica película "El hombre tranquilo (The quiet man)" de John Ford que protagonizaron John Wayne y Maureen O´hara en 1952 y cuenta la historia de un irlandés que vuelve a Irlanda tras pasar muchos años en Estados Unidos. Hay una estatua de John Wayne sujetando a Maureen O´hara similar a la que aparece en la portada de la película, en medio del pueblo. Esto nos hace tener una idea de lo importante que fue para los habitantes de Cong aparecer en esta famosa película americana y el protagonismo que tiene aún hoy en día en el pueblo.


Este pueblo pertenece al condado de Mayo, muy cerca de Connemara, aunque se encuentra a horcajadas entre las fronteras del condado de Mayo y del condado de Galway.




La primera tarde en Cong la dedicamos a pasear por el pueblo que parece que se ha quedado anclado en el tiempo y los años no han pasado por él. Es pintoresco ya que hay un montón de casitas con fachadas preciosas, muy cuidadas y pintadas en tonos pastel.





Para cenar, elegimos Lydon´s Lodge tras recomendárnoslo en nuestro alojamiento y la verdad es que nos gustó mucho. Tenían una buena calidad-precio y un horario amplio (para ser Irlanda) ya que se nos hizo un poco tarde paseando por el pueblo.



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L.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Sitios para perderse: Killary Harbour, Leennaun y Aasleagh Falls

El fiordo de Killary es una frontera natural entre los condados de Galway y Mayo. Se ha conocido durante siglos como el único fiordo de la isla, aunque en realidad hay otros dos fiordos glaciares en Irlanda. Una buena forma de tener vistas espectaculares del fiordo y de las montañas que lo rodean desde su orilla es parar en el Puerto de Hillary o en el pueblo de Leenane (Leenaun en gaélico). Esa tarde había una luz preciosa y aprovechamos para sacar varias fotografías con el contraste de colores que ofrecían las montañas y el agua del fiordo. Dicen que a veces se pueden ver delfines aunque nosotros no vimos ninguno. De hecho, hay disponibles cruceros por el fiordo para intentar saludarles. 



Como en toda Irlanda, en este rincón también hay Historia. A mediados del siglo XVIII, debido a una gran hambruna, prácticamente todos los habitantes de esta región partieron hacia Galway caminando con el objetivo de zarpar hacia América. Todavía se pueden ver algunas de las casas que dejaron abandonadas en esta huida. 



En Leenaun, nos quedamos con ganas de darnos un baño de algas en agua salada en Connemara Seaweed Baths pero teníamos que dirigirnos a Cong para dormir así que no nos dio tiempo a tomarnos un rato de relajación.



Además, muy cerca del pueblo de Leennaun (a menos de 1 km), se encuentra uno de los lugares que más me sorprendió y gustó de todo el viaje por Irlanda: las cascadas de Aasleagh. Es un sitio muy poco masificado; de hecho, estábamos solo nosotros y un par de pescadores. Pudimos ver a varios salmones saltando la cascada. En realidad, la cascada no es muy grande pero todo el entorno tiene una magia especial y las fotografías no le hacen justicia. Me encantó.








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L.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Sitios para perderse: Abadía de Kylemore

La siguiente parada fue la visita a la abadía de Kylemore. Fue una pena porque llegamos cuando quedaba poco tiempo para el cierre y no nos permitieron visitar el jardín victoriano amurallado. Sí pudimos, en cambio, el interior de la abadía de Kylemore y acercarnos bordeando el lago Pollacappul a la iglesia gótica y al mausoleo. Lo que no sabíamos es que este lugar esconde una gran (y triste) historia de amor.

Abadía de Kylemore: Fue construida por Mitchell Henry, magnate industrial y político, como un regalo para su mujer. después de que visitaran Connemara por su luna de miel en 1850 y ella se quedara prendada de la belleza del lugar. Tras 4 años de construcción, se inauguró el castillo pero Mitchell no se conformó y también arregló los cenagales de la propiedad, tan típicos de Connemara. En su lugar, plantó los árboles que rodean los lagos y contrató a jardineros para completar el jardín victoriano amurallado. Tuvieron 9 hijos en común y vivieron algunos años felices. Sin embargo, Margaret no pudo disfrutar de su bello cuento de hadas en Kylemore durante mucho tiempo ya que en 1874, durante unas vacaciones en Egipto, cayó enferma de disentería y falleció. Poco después, murió la hija pequeña del matrimonio y favorita de Mitchell. Por estas desgracias, el resto de la familia abandonó la abadía.
Vendieron la propiedad a los duques de Manchester que, al contrario que sus predecesores, descuidaron los alrededores del castillo, y se dedicaron a dar fiestas. Pocos años después, perdieron la propiedad al jugársela en una partida de cartas.
Desde 1920 ha sido el hogar monástico de las benedictinas y entre 1923 y 2010 lo convirtieron en un colegio internacional internado.





Capilla gótica: Fue construida entre 1877 y 1881 por Mitchell como capilla en memoria de su amada esposa. Es una catedral en miniatura.




Piedra de planchar: Según la leyenda, los deseos son concedidos a aquellos que se ponen de pie con la espalda contra la piedra y tienen éxito lanzando una piedrecita si ésta toca el vértice del triángulo.


Mausoleo: En él descansan los restos de Mitchell Henry y Margaret.


El paraje en el que se encuentra la abadía es espectacular y, aunque no pudimos recorrer todos los caminos de los 15000 acres que pertenecen a la propiedad, no nos extraña que Margaret y Mitchell Henry se enamorasen de este lugar.


Me encantó la visita y, mucho más después de conocer la historia que se esconde detrás. Me dio mucha pena no poder visitar los jardines así que espero volver algún día. Sin duda, es muy recomendable.

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L.

sábado, 9 de noviembre de 2019

Sitios para perderse: Westport

Tras subir a la cima de la montaña, continuamos nuestra ruta hacia con Cong y aprovechamos para hacer una parada en Westport, en el condado de Mayo. Es una ciudad encantadora que fue diseñada y construida en el siglo XVIII. Tiene un paseo arbolado por la orilla del río Carrowbeg que se llama The Mall, durante el cual te encuentras con varios puentes de piedra cruzándolo. Las callecitas de Westport están llenas de tiendas adorables y fachadas coloridas. Es pintoresco y acogedor.





Nos quedó pendiente visitar Westport House, una casa georgina impresionante a las afueras de Westport, ya que no nos dio tiempo porque teníamos que llegar a tiempo a ver la abadía de Kylemore, de la que os hablaré el próximo día. 




Además, se cuenta que la Reina pirata Grace O´Malley gobernó estas tierras y que Westport House se construyó sobre los cimientos de uno de sus castillos. 



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L.