sábado, 28 de marzo de 2020

Sitios para perderse: Acantilados de Moher

Tras visitar Cong, pusimos rumbo a los acantilados de Moher. Antes de llegar,  hicimos una parada en el castillo de Dunguaire situado en la villa de Kinvara. No lo visitamos por dentro pero está situado en un enclave espectacular en la bahía de Galway y me recuerda al castillo escocés de Eilean Donan. Su construcción data del siglo XVI.






Después llegamos a los acantilados de Moher. Justo antes de entrar al parking con el coche, compramos la entrada en las taquillas que nos costó 8 euros por persona. Es la atracción turística más visitada de Irlanda así que había muchísima gente. La masificación le hace perder un poco el encanto a este lugar tan bonito. Además, nos llovió bastante y estaba todo embarrado. Nos mojamos tanto que tuvimos que acabar cambiándonos de ropa. Así que a pesar de su fama, si vas a hacer una escapada corta a Dublín, no recomendaría dedicar un día entero en visitar Moher, y solo lo visitaría en viajes más largos por Irlanda o si pilla de paso.



Dicho esto, los acantilados de Moher son un lugar impresionante y, a pesar de que el cielo estaba nublado, pudimos admirar estas formaciones rocosas que se elevan hasta una altura de 214 metros en su punto más alto. Además, son hogar de un montón de colonias de ave. Si llevas prismáticos, podrás ver algún simpático frailecillo.


La torre de O´Brien fue construida en 1835 como mirador para los turistas que visitaban los acantilados. Se puede subir para ver las vistas desde arriba, a través de sus escaleras de caracol. En días claros, se pueden ver las islas Aran, la costa de Connemara, la bahía de Galway e incluso las montañas Kerry.


Los acantilados de Moher también han sido localización de rodaje de películas, como otros muchos lugares de Irlanda. Por ejemplo, algunas escenas de la película de Harry Potter y el misterio del Principe fueron grabadas aquí.



También hay un centro de visitantes con una exposición sobre los acantilados, y en él encontramos una cafetería-restaurante donde comimos y nos refugiamos de la lluvia.
Las tiendas con souvenirs típicos están construidas como si fueran cuevas en la ladera.


Después de alrededor de 3 horas en los acantilados de Moher, pusimos rumbo a Galway donde dormiríamos esa noche. La carretera que une Moher y Galway tiene unas vistas impresionantes.


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L.